The Prison

      Cerca de millón y medio de personas viven hacinadas en la Franja de Gaza.  Hombres, mujeres y niños sobreviven en una superficie de tan sólo 40 kilómetros de largo por 9,5 de ancho. El bloqueo militar de Israel y el cierre de los pasos fronterizos desde junio de 2007,  la han convertido en la mayor cárcel del mundo al aire libre.

Paso de Erez (photo Gemma Rodriguez)

Paso de Erez (photo Gemma Rodriguez)

  La puerta de la cárcel

      Es el paso de Erez, uno de los corredores más importantes para acceder a Gaza desde el lado Israelí. Más de un kilómetro de pasillo enrejado en tierra de nadie. Una jaula apenas transitada debido al férreo control del ejército dominante. Por el camino, sillas de ruedas oxidadas testigos de alguna de tantas guerras. Y al final, el control de Hamás. De nuevo tiempo de espera  y por fin,  Gaza.

Entrada a Gaza City (photo Gemma Rodriguez)

Entrada a Gaza City (photo Gemma Rodriguez)     

 El bloqueo

    Más de las tres cuartas partes de la población depende de la ayuda humanitaria. Una ayuda escasa porque la entrada para alimentos básicos o combustible también está restringida.  El paro afecta a la mitad de la población, los cortes de luz son constantes, la tierra ha dejado de ser fértil en cerca del 50 por ciento del territorio debido a los numerosos ataques del ejército israelí.

Ruinas en Gaza City 2010 (photo Gemma Rodriguez)

Ruinas en Gaza City 2010 (photo Gemma Rodriguez)

     Gran parte del material humanitario que consigue cruzar los barrotes procede de la ONU y de otras agencias. También existe el contrabando, por los túneles que atraviesan la frontera con Egipto. Los escasos hospitales de la Franja están masificados. El material quirúrgico y las medicinas escasean. Muchos enfermos mueren esperando un permiso de Israel que no llega.

                                                                         

Escuela en Gaza City gestionada por la UNRWA (photo Gemma Rodriguez)

Escuela en Gaza City gestionada por la UNRWA
(photo Gemma Rodriguez)

     La vida en mitad de la guerra

     Esta fotografía tomada a la salida de una escuela femenina en la capital, coincide con el segundo aniversario de la operación Plomo Fundido del ejército israelí. En las navidades de 2008, los bombardeos dejaron cerca de 1.400 palestinos muertos, la mayoría civiles y catorce israelíes fallecidos. Un conflicto que provocó el mayor número de bajas de los últimos cuarenta años de  conflicto árabe-israelí.

Huellas de la metralla en un edificio en Gaza City (photo Gemma Rodriguez)

Huellas de la metralla en un edificio en Gaza City (photo Gemma Rodriguez)

           Los ataques continúan de forma intermitente. Las huellas de la metralla en las fachadas de los edificios y en la mirada de los gazatíes asfixian al visitante. El mismo que tras mucho pelear consigue el pase inalcanzable para asomarse al infierno.  Y es que en Gaza, parece que el reloj se paró hace mucho tiempo. En unos minutos la puerta volverá a cerrarse. Detrás, un testigo callado escucha ahora el silencio. No parece el mismo Mar Mediterráneo que conocí hace ya algún tiempo.

Imagen del Mediterráneo desde Gaza (photo Gemma Rodriguez)

Imagen del Mediterráneo desde Gaza (photo Gemma Rodriguez)

24 comentarios en “The Prison

  1. Recuerdo este conflicto desde que era pequeña y me entristece tremendamente que pasados tantos años siga sin una resolución. Como bien apunta Sonia, es tarea de todos escribir, comentar y compartirlo para no olvidarnos de ellos. Gracias por traerlo aquí

  2. Jamás la realidad nos podía pegar tan fuerte! Me gustaría que alguien me explicara por qué ocurren estas cosas, por qué se permite y sobre todo, por qué siempre pagan los mismos?? Gracias por acercarnos a esa, amarga y cruel, pero real vida.
    Un abrazo
    Dyana

    • A ti por dedicar tu tiempo a leer el artículo y por no quedar impasible a realidades que aunque golpean de una forma más directa a unos que a otros nos salpican a todos por muy lejos que vivamos.

  3. Por mucho que vivamos una revolución tecnológica no todo va a versar alrededor de las redes. Es bueno que personas que saben contar las cosas como tú nos recuerden la realidad que tenemos ahí al lado.

  4. Me ha gustado mucho Gemma, estamos tan acostumbrados a conflictos de este tipo, llevan tanto tiempo en prensa, que ya no nos afectan. Hace falta que alguien de nuestra «civilización» cruce las líneas para contárnoslo. Lo peor de todo es que, de cosas así, solo tiene la culpa la raza humana…

    • Tienes toda la razón Enrique, es impresionante la raza humana. Lo que somos capaces de hacernos a nosotros mismos.. Quiero seguir creyendo en los seres humanos, porque aunque podemos llegar a ser lo más mezquino, también tenemos la capacidad de amar y ser solidarios.

  5. A base de repetirse los conflictos parece que dejan de afectarnos y las personas que siempre están detrás de ellos se desdibujan y dejan de importarnos porque las olvidamos… Me alegra de que tu estés ahí, pendiente y no nos lo permitas….No dejes de ser nuestra «conciencia»…

  6. Muchas gracias Gema por acercarnos ese mundo que desconocemos quienes no hemos tenido la oportunidad de ir. Y por hacerlo tan bien, como tu sabes, con ese sentimiento que pones siempre en todo y esa bondad que te caracteriza.

  7. Me gusta que nos sigas recordando e informando sobre los conflictos que hay en el mundo. Necesitamos que gente bien informada lo siga haciendo y además, con esa sensibilidad y firmeza.

    • Todos tenemos problemas cercanos, desde nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país, o un poco más lejos como en este caso. Conocer todas estas realidades creo que es necesario para entender la propia. Lo importante de estos artículos es la sensibilidad de quien los lee.

  8. Uufff… Qué duro es pensar en las condiciones en las que vive aquella gente. Hace poco vi el Salvados sobre Palestina y me sorprendió mucho.
    Dar voz a este problema tiene mérito. Buen post!

  9. Ya te dije que esa definición de «la mayor cárcel del mundo al aire libre» me parecía perfecta. Una más de las vergüenzas de la diplomacia internacional. Y lo peor no es ya el olvido, sino que ellos mismos se sientan olvidados.

  10. Lamentable, llevamos toda una vida con esto y con la cara girada hacia otro lado para obligarnos a no verlo. Tengo un amigo palestino libanés que hace tiempo me contó sobre el conflicto y me dejó el corazón helado.

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